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Concurso nacional de anteproyectos “Viviendas sociales Villa 20, comuna 8”

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Ubicación: Buenos Aires, Argentina
Año: 2016
Autores: Arq. Cristián Nanzer, Arq. Iván Castañeda, Arq. Juan Salassa, Arq. Santiago Tissot

MEMORIA DESCRIPTIVA
Concurso Villa 20
2 Manzanas 4 Sectores 1 Estrategia

Se plantea la idea de un edificio de imagen homogénea, construido a partir de 4 unidades

Deletrear los muros
Todos los muros, de alguna forma, son textos incompletos y reescritos continuamente por el azar de las marcas y signos que las inclemencias del tiempo le van imprimiendo y que la rotación de la luz descifra.

En Córdoba hay muchos muros así, esta ese texto de piedra en el que se convierte el muro de la Compañía de Jesús que da a la calle Caseros, inquietante cuando le da el sol del oeste, con ese cartel en el dintel de una puerta que dice: “puerta del cielo”. O ese otro de la iglesia San Francisco sobre calle Bs. As., que bien mirado parece un mural de Tâpies, manchado con patinas negras de humedades surgentes de vieja data, siempre en transformación.

Quizás por tener estas imágenes en mente al trazar el proyecto, es que se exponen los materiales elegidos en estado natural para que las inclemencias del clima serrano le den su acabado final.

Se buscaron dos tipos de piedra, una gris de un lecho de río cercano, para el prisma principal de la casa, que se encofró con tablas horizontales y se fue llenando de hormigón, dejando todos los signos del proceso a la vista, las huellas de la madera, la piedra, las líneas de oxido rojo de los niveles de las distintas coladas. Nos gusta pensar, que de alguna manera los muros de la casa conforman una desterritorializacion del lecho de río, un río vertical, donde el hormigón se expresa como un líquido estático. En contraste con un muro de piedra roja de una cantera de la zona, que define el límite doméstico de áreas exteriores, y que nunca toca la casa, como una ruina.

Eso fue todo, lo demás fue leerlo a Romilio Ribero, tal vez uno de los mejores poetas que haya dado Córdoba, poseedor del don de interpretar los ásperos misterios del paisaje serrano.

Se podría decir que fue un proyecto que tuvo intensamente la tentación de existir.