Ubicación: Buenos Aires, Argentina
Año: 2013
Autores: Arq. Cristián Nanzer, Arq. Iván Castañeda, Arq. Alejandro Cohen, Arq. Juan Salassa, Arq. Santiago Tissot
Colaboradores: Arq. Nazareth Paz Margonari
MEMORIA DESCRIPTIVA
La Torre y la dama
La Torre, un Romeo robusto, enhiesto, de armadura ladrillera, se levanta sobre la gravidez de su propia materia, ignorando el tiempo, envolviendo el espacio, ordenado, vertical y cartesiano.
Ella, una joven Julieta aguda, horizontal y blanca, tensando el espacio en trayectos diagonales, los pliegues de su envolvente, se torsionan, se abren y se cierran, incorporando el paisaje urbano exterior, por los tajos y ventanas francas, por donde se cuela la ciudad intensa como también la tranquilidad del jardín y su arboleda.
No es una ampliación, no es un edificio o el otro, el nuevo museo es la tensión entre ambos.
El pliegue y el árbol
La geometría de la ampliación del museo se resuelve en tres triángulos, con la insinuación de un cuarto triángulo ausente, que deja lugar al añejo árbol existente, el cual, junto con el jardín, forman el paisaje de expansión visual desde dentro del nuevo edificio.
Los muros coinciden con esta geometría sencilla y con la divisoria de agua de los techos.
Toda la cubierta se constituye en una acogida de agua, sus pendientes confluyen en un punto donde se propone localizar el desagüe que llevará el agua a una cisterna enterrada en el parque, como reservorio para riego.
En uno de estos triángulos se localizan los servicios sanitarios, a los que se acceden desde la circulación de ambos edificios y la cocina del bar, que tiene contacto indistintamente con el interior y el exterior.
La envolvente
Se propone revestir todo el nuevo edificio de una chapa acanalada sinusoidal blanca, colocada verticalmente, en contraste con la oscuridad terrosa del edificio ladrillero.
Ícono didáctico
El proyecto de la ampliación, tiene por objeto sumar al hermoso edificio existente, un ícono que exprese sintéticamente el carácter de lo que allí se expone, o sea la materia prima de la arquitectura, el espacio y su manipulación, o dicho de otra manera, la puesta en el espacio de las distintas escalas de los hábitats pensados por el hombre para el hombre.
Año: 2013
Autores: Arq. Cristián Nanzer, Arq. Iván Castañeda, Arq. Alejandro Cohen, Arq. Juan Salassa, Arq. Santiago Tissot
Colaboradores: Arq. Nazareth Paz Margonari
MEMORIA DESCRIPTIVA
“Cuando se miran dos objetos separados, se empieza a observar el espacio entre los dos objetos, y se concentra la atención en ese espacio, entonces, en ese vacío entre los dos objetos, en un momento dado se percibe la realidad.”
Julio Cortázar
“Los autonautas de la cosmopista”
La Torre y la dama
La Torre, un Romeo robusto, enhiesto, de armadura ladrillera, se levanta sobre la gravidez de su propia materia, ignorando el tiempo, envolviendo el espacio, ordenado, vertical y cartesiano.
Ella, una joven Julieta aguda, horizontal y blanca, tensando el espacio en trayectos diagonales, los pliegues de su envolvente, se torsionan, se abren y se cierran, incorporando el paisaje urbano exterior, por los tajos y ventanas francas, por donde se cuela la ciudad intensa como también la tranquilidad del jardín y su arboleda.
No es una ampliación, no es un edificio o el otro, el nuevo museo es la tensión entre ambos.
El pliegue y el árbol
La geometría de la ampliación del museo se resuelve en tres triángulos, con la insinuación de un cuarto triángulo ausente, que deja lugar al añejo árbol existente, el cual, junto con el jardín, forman el paisaje de expansión visual desde dentro del nuevo edificio.
Los muros coinciden con esta geometría sencilla y con la divisoria de agua de los techos.
Toda la cubierta se constituye en una acogida de agua, sus pendientes confluyen en un punto donde se propone localizar el desagüe que llevará el agua a una cisterna enterrada en el parque, como reservorio para riego.
En uno de estos triángulos se localizan los servicios sanitarios, a los que se acceden desde la circulación de ambos edificios y la cocina del bar, que tiene contacto indistintamente con el interior y el exterior.
La envolvente
Se propone revestir todo el nuevo edificio de una chapa acanalada sinusoidal blanca, colocada verticalmente, en contraste con la oscuridad terrosa del edificio ladrillero.
Ícono didáctico
El proyecto de la ampliación, tiene por objeto sumar al hermoso edificio existente, un ícono que exprese sintéticamente el carácter de lo que allí se expone, o sea la materia prima de la arquitectura, el espacio y su manipulación, o dicho de otra manera, la puesta en el espacio de las distintas escalas de los hábitats pensados por el hombre para el hombre.