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Concurso internacional «Casa Museo Pablo Neruda»

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Ubicación: Temuco, Chile
Año: 2023
Autores:
Equipo Argentina: Arq. Cristián Nanzer, Arq. Santiago Tissot, Arq. Juan Salassa, Arq. Juan Dimuro
Equipo Chile: Arq. Marco Avila Arredondo, Arq. Maurice Perrot, Arq. Diego Ramirez

 

CASA MUSEO JOVEN NERUDA


MEMORIA DE PROYECTO


Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje inolvidable fue la lluvia.


Confieso que he vivido. Pablo Neruda.


Etimológicamente, el término casa en latín significa choza o cabaña, mientras que los romanos usaban el término domus, que es usado en palabras compuestas, como domesticar, doméstico y también dominio. La palabra museo proviene del latín museum y a su vez del griego museioncasa de las musas.


Una casa museo la entendemos como el lugar doméstico donde las Diosas proveen – o han proveído - de inspiración a poetas y artistas.


Visitar un edificio concebido para este propósito, contiene el sentido de volver a entrar en contacto con las musas. Entendido de este modo, la Casa Museo Joven Neruda propuesta es un lugar que por medio de las artes audiovisuales alberga descubrimientos y alarga el tiempo, resguardando la memoria viva del poeta y de los misterios de su infancia.


El proyecto invita a atravesar una caja hermética de madera en bruto, vasta y opaca que rememora el tamaño de la casa original ahora aérea, para ir al encuentro de un paisaje cuya naturaleza interior contrasta con la calle. Esta distancia no solamente física sino de orden atmosférico, construye el espacio necesario para marcar el instante en que se abandona la calle y se accede al encuentro de un mundo poético cuyos interiores contienen espacios etéreos y performativos. El afuera es el adentro, transformado en la intimidad de un espacio fresco, perfumado, protegido y rodeado de naturaleza que se descuelga por las paredes y que baja desde el cielo, una naturaleza endémica propia de la selva fría de la región y que potencia corredores biológicos existentes en la ciudad, configurando una imagen poética nítida, potente y clara que recibe a los visitantes.


El ingreso es noble, oscuro y a contraluz, como accediendo por debajo de la panza de un animal. Un gigante en el aire, robusto e ingrávidom con el misterio de saber qué contiene su interior. La casa museo puede ser vista como un barco varado en la tierra, como un arca, como también un granero propios de la vida sencilla y rural de la zona, apropiada al sector donde se ubica rodeada de bodegas y galpones de mayor envergadura.


La disposición de sus volúmenes hacen del patio el lugar central del proyecto, donde se amplifica el sentido de la naturaleza. El conjunto posee una geometría rotunda y flexible, sintética y sistemática, que frente al contexto dispendia espacio y luz natural de manera silenciosa y sin alardes formales.


El edificio se ordena en función de tres niveles. Cada uno de estos niveles tiene características muy definidas en cuanto a su materialidad. El nivel de calle queda liberado al espacio público, abriendo una plaza interior donde es posible descansar bajo los dos volumenes superiores, cuyo pavimento de piedra volcánica permite que la vereda se incorpore naturalmente al interior del edificio, sin interrupcioens de ningún tipo, para llegar al patio central, que se constituye en la antesala de la casa-museo, un espacio que será llenado de vida, naturaleza y de expresiones artísticas y actividades al aire libre.


Un único mesón de recepción permite la venta de entradas, recepción e información al público, el que además integra tienda y cafetería, que acoge la vida urbana del edificio. Desde la calle se ve toda esta interioridad viva, que vincula calle, patio y casa-museo de manera transparente y abierta.


La casa museo se organiza en un sistema de dos volúmenes compactos y cuya concepción estructural pemite no tener apoyos en planta baja y donde las cajas negras cuelgan de vigas metálicas compuestas vinculadas a medianeras de hormigón armado que harán las veces de cortafuegos, y una sutil caja de vidrio como sistema de circulación, compuesto de rampas y puentes donde el recorrido es transversal y que ofrece un balcón a la ciudad en los dos niveles superiores. Este sistema de rampa-escaleras y puentes queda contenido en una caja de vidrio que organiza el ingreso, y permite optimizar los accesos en las salas negras de exposiciones y eventos.


Todos los niveles del museo quedan conectados por un área de circulaciones verticales que incluye monta-carga, escaleras, y áreas de servicio interno. Una vez se accede por una amplia rampa/escalera o bien por el ascensor al segundo nivel, se encuentran por una parte los servicios higiénicos y las oficinas administrativas en el cuerpo interior, y la sala de actos ubicada en el cuerpo exterior, como un espacio regular y horizontal, de gran flexibildiad y apto para encuentros, visionados, talleres y otras actividades. Ambos edificios en este nivel y junto al puente de circulaciones, se abren hacia el patio interior.


En el tercer nivel, la disposición enfrentada de las salas de exposiciones permanentes y temporales, ambas de igual tamaño y capacidad, permite diseñar diversos recorridos, integrando las muestras de las salas por medio de los puentes o bien usarlas por separado. El interior de las salas está limitado por muros rectos y poseen lucernarios de doble altura, lo que otorga gran flexibilidad y abre las posibilidades de diversas configuraciones interiores. En el dia son bañadas por una luz natural indirecta y controlada, por la orientación sur de las aberturas, y en la noche la iluminación mantiene esas mismas características.


Un casa abierta. Un museo en el aire.


Me entra por las narices hasta el alma el aroma salvaje del laurel, el aroma oscuro del boldo... El ciprés de las Guaitecas intercepta mi paso... Es un mundo vertical: una nación de pájaros, una muchedumbre de hojas[…] Al pasar cruzo un bosque de helechos mucho más alto que mi persona: se me dejan caer en la cara sesenta lágrimas desde sus verdes ojos fríos, y detrás de mí quedan por mucho tiempo temblando sus abanicos. Quién no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta. De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo.


Confieso que he vivido. Pablo Neruda.